No puedo prometer que publique entradas todos los días. Tal vez esté inactivo durante meses.
Pero puedo prometer y lo haré, que todo lo que aquí publique habrá salido de mi pluma y corazón.

Datos personales

Mi foto
siempre podremos volver a acariciar esta cicatriz con la yema de los dedos. eso no me lo podrás quitar.

martes, 7 de febrero de 2012

... nunca más volver.

Sí, lo admito,
me aislé. Me cansé de sufrir.
Endurecí mi corazón, dejé de sentir, me marché a lo más alto.
No sentía alegría. Ni tristeza. Ni miedo. Ni frustración. Ni dolor. Ni ilusión.
Nada.
Era una veleta, una estatua dotada con capacidades humanas y arrebatada de toda sensación.
Iba, venía, andaba, dormía y comía.
Pero no sentía.
Cuando entendí que aquello me estaba arrebatando la vida, 
cuando me vi solo,
quise volver a la vida. 
Revivir.
Y, realmente, lo conseguí,
volví a sentir la tierra bajo mis pies.
Pero una parte de mi se quedó ahí, fría, privada de sentimientos.
Una gran parte de mi.
Más de lo que podía admitir.
...mucho más.
...
Pero entonces apareciste tú.
Y bajé.
Y sentí.
Sentí tantas cosas... algunas eran sensaciones angustiosas, pero todas ellas formaban parte de la vida, y las eché de menos, por mucho que me hicieran sufrir.
Ahora te has marchado. Y es que realmente, no fuiste más que un destello.
Y vuelvo a sentirme solo. Frío. Vuelvo a sentir que me elevo hacía arriba...
... y no quiero volver allí. 
Así que vuelve. por favor.
Juega conmigo, me da igual.
Ódiame, me da igual.
Pero por favor, te lo suplico: 
hazme sentir otra vez.





"Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido".

                                                     Luis Cernuda, Si el hombre pudiera decir lo que ama



No hay comentarios:

Publicar un comentario