Pasaba las tardes mirando por la ventana.
Veía caer la lluvia, como chapoteaba contra el suelo y formaba charcos sobre el asfalto.
Hipnótica.
Y fría...
Tanto, que se le congelaba la sangre en sus venas
-Aunque tal vez era porque estaba descalza-
Veía como parpadeaban las farolas de la calle. Como su intermitente luz hería su mirada y manchaba la visión de la empapada acera.
Aunque dolía, no podía dejar de mirar.
...
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